El Jueves pasado entrevisté al periodista Juan Álvarez Morales, actual editor de política del diario La República, ex alumno y ahora profesor de periodismo de la universidad Bausate y Meza. Tenía un trabajo para el curso de Realidad Nacional y tuve que mandarme para allá con mi pinky friend Renzo. Conversamos sobre los diferentes temas de nuestra Realidad Nacional y los Medios de Comunicación y éstas fueron sus respuestas.
Entrevista realizada en un salón de la
Universidad Jaime Bausate y Meza.
Cuéntenos
un poco acerca de usted, de sus inicios, de su profesión. ¿Cómo fue que llegó
al diario La República?
Soy
licenciado en periodismo por esta misma universidad, cuando era sólo escuela e
inicialmente eran sólo cuatro años. Luego obtuve el título. Cuento esto porque
para mí, Bausate marca todo lo que es mi trayectoria como periodista. En ésta
universidad llegué buscando el periodismo en su máxima expresión; más allá de las
Ciencias de la Comunicación que abarcaban otras cosas. Aquí se me inculcó
siempre algo que yo también consideraba: que mi profesión era un servicio. Tal
es así, que los primeros años lo que hice fue Comunicación Alternativa. Ahora
ya no se habla mucho de eso, pero en esa época era ir a los barrios, a los
pueblos jóvenes a darles herramientas de comunicación; enseñarles a hacer
periódicos murales, a hacer radios con parlantes, distribuyendo casetes, etc.
Eso indica que eran años complicados: los años ochentas, cuando ese mismo afán
lo tenían en Sendero Luminoso. Afortunadamente, teníamos cierto apoyo de grupos
eclesiales y lográbamos que el asunto no llegara a nada, pero a esa actividad
dediqué mis primeros años; es una actividad que yo considero el Servicio Civil Obligatorio
que debería hacer todo periodista, pero que lamentablemente como digo, todo
tiempo de servicio civil te deja desprotegido.
Hubo un momento a los veintiocho años que me
di cuenta de que tenía esa edad y no tenía un seguro, no tenía un trabajo
estable, no tenía nada de las otras cosas que te permiten “vivir como vive el
resto de la sociedad”. Es entonces donde decido entrar a los medios comerciales
que eran los que, desde la posición alternativa, tú combatías, pero claro,
teniendo una visión mucho más precisa acerca de lo que se debía hacer ahí.
Bien, no podías combatir a los medios por fuera, pero sí entrar a uno a tratar
de cambiar un poco las cosas. Del 92 al 98 estuve en la revista “Teleguía”, una
revista de espectáculos, en donde me encargué de darle el toque serio. Un año en
el diario “El Sol” hasta que cerró en el 2000. Ese año para mí fue una
experiencia muy valiosa, aunque en ese entonces, para mucha gente, era loca: el
hacer periodismo en internet. Nadie lo entendía, era muy compleja, pero ahí se
inició “decajón.com”, una página web peruana, que desarrollaba temas
periodísticos en internet, donde incluso me permitieron tener lo que ahora te
hace falta, como a muchos periodistas que no tienen acceso a los medios
tradicionales.
Entonces
usted en todos estos años de trayectoria que tiene, habrá visto de alguna
manera cómo han cambiado los roles de los medios de comunicación con la
globalización…
Es curioso.
La comunicación ha cambiado; la forma de hacer comunicación ha cambiado; pero,
para muchos medios, para muchos periodistas, no. Justamente aquellos que no se
dan cuenta que ha cambiado, son los que ahora están teniendo crisis de
identidad. Las empresas, crisis de identidad que devienen en crisis económicas;
y las personas, crisis de identidad que también devienen en crisis económicas,
porque van quedando desplazados del mercado que avanza en una dirección
contraria.
Yo creo haber tenido suerte de haberme dado
cuenta a tiempo de los cambios porque empecé a enseñar periodismo. Cuando tú
enseñas periodismo, logras hacer lo que siempre debes hacer pero no haces
cuando eres periodista, que es seguir preparándote. Lo que pasa comúnmente con
los periodistas es que una vez que ya logran un lugar en un medio se
especializan en eso y son geniales y expertos en lo que hacen, pero pierden un
poco la versatilidad que ganas o que no deberías haber perdido, eso de hacer
varias cosas bien, no sólo una, pero sobretodo pierdes la tendencia a
actualizarte. ¿Qué es lo que es, de un tiempo a esta parte, fundamentalmente
desde el noventa para acá? Es obligatorio. O te actualizas o mueres, porque el
mercado se actualiza, el mercado vive un ritmo diferente. Entonces, enseñar a
partir del 2007, a mí me ha permitido darme cuenta de eso, y lidiar con
periodistas que no cambian y con medios que no cambian. Afortunadamente en La
República han entendido muchas cosas y se está avanzando de a pocos. Desde mi
punto de vista todavía no lo que se debería, pero creo que sigue un ritmo que
permite sobrevivir, por eso es que el diario sigue en vigencia.
Esto de la convergencia, que es juntamente
hacer que se fusione el trabajo del medio tradicional con el periodismo
digital, es algo que todavía va a tomar tiempo, casi ningún medio lo ha
conseguido. El único medio que se apreciaba era “El País”, y este año ha tenido
que despedir a un montón de personas, de una manera alucinante, pero sobretodo
ha tenido uno de los errores mayores de la historia del periodismo, como es la
publicación de la foto de un supuesto Chávez enfermo cuando no lo era. Si se
trata de hacer periodismo moderno haciendo eso, prefiero quedarme con el
antiguo. Ahí yo valoro dos cosas. Yo no soy de los que dicen: “Ah, tú eres de
los periodistas que no entra a internet, quedas desechado”. No. Tienes una
experiencia que el periodista joven, que entra a internet, debe tener. La
convergencia, más que en cuestión de equipamiento, está en equipos, desde mi
punto de vista. No despedir a los antiguos, sino, redireccionar su labor. No
ensalzar a los nuevos, sino, redireccionar su labor. Integrar. La convergencia
como integración e interacción de lo viejo con lo nuevo, creo que es la mejor
manera de entender esta etapa de transición que estamos viviendo.
¿Considera
usted que existe Responsabilidad Social de los Medios de Comunicación en el
Perú
Todo periodista,
todo medio cuando decide serlo, debe ser consciente de lo que es una
responsabilidad social. Cuando yo estudié, tenía tan claro eso, que me dediqué
a hacer servicio social durante todos esos años. En teoría deberían serlo; en
la práctica no se da. Lo ideal sería que el periodista o el medio entiendan que
la responsabilidad social también te hace crecer, pero resulta un ejercicio que
demanda más ingenio, creatividad y riesgo del que los periodistas y los medios
están dispuestos a correr. Ojalá los que vienen egresando entiendan que ésta es
una forma interesante de hacer periodismo diferente, periodismo con
responsabilidad social, que permita que todos podamos comprenderlo.
¿Cree que la prensa, los medios de comunicación, se han convertido en el cuarto poder
del Estado?
Cuando tú
revisas la historia del periodismo, revisas la conceptualización del
periodismo, vas a encontrar que esa definición es válida bajo ciertas
condiciones. La condición principal de hecho se da cuando logra influenciar en
la toma de decisiones. El problema es que, lo que logras influenciar pero ¿para
beneficiar a quién? Eso es determinado
como cuarto poder del estado. Aún ahora, desde el presidente anterior hasta
éste, aunque éste no lo dice, la oposición ya no está en los demás partidos
políticos, ¿Dónde está la oposición? ¡Está en la prensa! Alan García lo decía
abiertamente; y éste, como te digo, no lo dice pero lo piensa. Por eso el afán
de controlar qué es lo que se dice, pues de cierto modo la prensa va logrando
cuando quiere, para los intereses que defiende, imponer cosas.
En estos tiempos, lo que empieza a vivirse
también es un debilitamiento de ese poder, pero porque cierto sector de la
población ha tomado las riendas que antes sólo los medios controlaban, a través
de las redes sociales. Una persona con un Smartphone ahora puede comunicar y
opinar lo que considere conveniente. Puede estar donde el medio no está e
incluso llegar antes. Puede informar no mejor, pero si más rápido. Pero un
poder mayor está cuando empieza a decir lo que la prensa no quiere decir, porque
afecta a los intereses o porque no la ve por este desfase que hay en su
sintonía. Casos concretos: el famoso caso de la repartija en el congreso. El
congreso dio marcha atrás, es verdad, ¿por la prensa? Por la prensa
directamente no; por cómo la prensa reacciona después de que reacciona la
gente, porque sí es verdad algo, las redes sociales están poniendo temas en la
agenda, pero no es sino hasta cuando los medios lo toman que ese reclamo, esa
demanda, toma una mayor envergadura y debe generar un cambio. Todavía hay una
simbiosis ahí no muy clara, pero lo que sí te puedo decir es que ese poder de
la prensa ya no es sólo de ella, ahora lo está compartiendo con la gente. Lo importante del asunto es que la prensa debe
darse cuenta de que estar en sintonía con la gente puede hacer que sobreviva y
pase esta etapa de trance. Si sigue en su afán de encerrarse como autista,
escuchando sólo sus propios intereses, yendo al margen de esta población que se
expresa a través de las redes sociales, va a acelerar su declive.
Con
respecto a la actual Ley de Radio y Televisión, ¿Usted cree que ésta ley se
ajusta a nuestra realidad?
No hay una sola ley que se ajuste a la realidad porque la realidad ha cambiado. Yo creo que una ley debe cambiarse, porque está hecha en un contexto, el cual ahora ya no existe. En el caso de la Ley de Radio y Televisión, hablan de que no debería haber una concentración de medios; están en contra del monopolio. Ninguna practica el monopolio pero hay una forma diferente de practicarlo. Tú tienes un grupo como ATV, con sus distintos canales, pero ¿de dónde salió con tantos canales? Claro, es todo un proceso legal sobre todo que viene desde el fujimorismo, pero en la práctica es un solo grupo manejando cuatro medios de comunicación. El Comercio, con la compra que acaba de hacer de Epensa, va a manejar el 78% del mercado, que no digo del contenido, que al final es el mismo, pero sí del mercado publicitario. Entonces, en una época de crisis de la industria porque los periódicos no venden y tal vez la publicidad sea aquello a lo que se aferren, con un solo grupo va a ser más atractivo porque tienen más ventanas que ofrecer al cliente, entonces, ¿de qué ley estamos hablando.
Por otro lado, los abusos que permanentemente hacen los propios medios por no querer autorregularse, también demuestran que cualquier regulación que viene del estado o que se pretendió hacer, tampoco funciona. Estamos en un panorama en el que toda ley debería actualizarse, incluida ésta, o empezando por ésta.
¿Usted considera que algún medio de comunicación no educa, no orienta adecuadamente a la población?
No se puede decir que algunos se libran. En el afán de vender, en el afán de sobrevivir, hacen concesiones, unos más, unos menos, pero todos terminan haciendo concesiones. Estamos en medio de una crisis, económica y de contenidos y que se agrava porque hay déficit de audiencia. La audiencia no reclama cosas que valgan la pena. Es cierto, hay un sector que sí, pero sigue siendo el sector complementario. Es verdad que si los medios dieran más productos para ese sector minoritario tal vez crezca, es un riesgo que no quieren correr. En ese afán, a menudo, cometen excesos la mayoría de las veces, o lo último que les preocupa es el contenido. Eso lo puedes ver claramente en cómo se están manifestando productos que responden a la espectacularizacion de la noticia. Adiós la reflexión acerca de la información, sus causas y sus consecuencias. Dale más a aquello que consume la gente, que en la mayoría de los casos consume prensa popular, que no está mal, pero que debería ser complementado con otros tipos. Tienes información de entretenimiento, pero también tienes información económica, tienes información política, información cultural. Todo lo demás prácticamente está siendo anulado o espectacularizado. Casi ningún medio se libra de eso. En La República hemos descubierto que, afortunadamente, no es verdad eso de que la gente no lee. Tal vez la gente no lea como antes, pero hay gente que todavía sí. Por eso el periódico no ha muerto, no ha desaparecido a pesar de tener tres páginas de opinión al día, y dar notas amplias. Supuestamente hace tres años ningún medio lo hacía, pero hay un sector que lee. Sin embargo, es verdad, éste es cada vez minoritario. Desde el periodismo yo creo que debe hacerse una apuesta a rescatar y hacer crecer eso, en lugar de rendirse. Ojalá que más empresas asuman ese esfuerzo.
No hay una sola ley que se ajuste a la realidad porque la realidad ha cambiado. Yo creo que una ley debe cambiarse, porque está hecha en un contexto, el cual ahora ya no existe. En el caso de la Ley de Radio y Televisión, hablan de que no debería haber una concentración de medios; están en contra del monopolio. Ninguna practica el monopolio pero hay una forma diferente de practicarlo. Tú tienes un grupo como ATV, con sus distintos canales, pero ¿de dónde salió con tantos canales? Claro, es todo un proceso legal sobre todo que viene desde el fujimorismo, pero en la práctica es un solo grupo manejando cuatro medios de comunicación. El Comercio, con la compra que acaba de hacer de Epensa, va a manejar el 78% del mercado, que no digo del contenido, que al final es el mismo, pero sí del mercado publicitario. Entonces, en una época de crisis de la industria porque los periódicos no venden y tal vez la publicidad sea aquello a lo que se aferren, con un solo grupo va a ser más atractivo porque tienen más ventanas que ofrecer al cliente, entonces, ¿de qué ley estamos hablando.
Por otro lado, los abusos que permanentemente hacen los propios medios por no querer autorregularse, también demuestran que cualquier regulación que viene del estado o que se pretendió hacer, tampoco funciona. Estamos en un panorama en el que toda ley debería actualizarse, incluida ésta, o empezando por ésta.
¿Usted considera que algún medio de comunicación no educa, no orienta adecuadamente a la población?
No se puede decir que algunos se libran. En el afán de vender, en el afán de sobrevivir, hacen concesiones, unos más, unos menos, pero todos terminan haciendo concesiones. Estamos en medio de una crisis, económica y de contenidos y que se agrava porque hay déficit de audiencia. La audiencia no reclama cosas que valgan la pena. Es cierto, hay un sector que sí, pero sigue siendo el sector complementario. Es verdad que si los medios dieran más productos para ese sector minoritario tal vez crezca, es un riesgo que no quieren correr. En ese afán, a menudo, cometen excesos la mayoría de las veces, o lo último que les preocupa es el contenido. Eso lo puedes ver claramente en cómo se están manifestando productos que responden a la espectacularizacion de la noticia. Adiós la reflexión acerca de la información, sus causas y sus consecuencias. Dale más a aquello que consume la gente, que en la mayoría de los casos consume prensa popular, que no está mal, pero que debería ser complementado con otros tipos. Tienes información de entretenimiento, pero también tienes información económica, tienes información política, información cultural. Todo lo demás prácticamente está siendo anulado o espectacularizado. Casi ningún medio se libra de eso. En La República hemos descubierto que, afortunadamente, no es verdad eso de que la gente no lee. Tal vez la gente no lea como antes, pero hay gente que todavía sí. Por eso el periódico no ha muerto, no ha desaparecido a pesar de tener tres páginas de opinión al día, y dar notas amplias. Supuestamente hace tres años ningún medio lo hacía, pero hay un sector que lee. Sin embargo, es verdad, éste es cada vez minoritario. Desde el periodismo yo creo que debe hacerse una apuesta a rescatar y hacer crecer eso, en lugar de rendirse. Ojalá que más empresas asuman ese esfuerzo.