sábado, 24 de marzo de 2012

Cero cero

Todos estudiamos para ese examen. Yo estudié como cojuda. Leí, subrayé, resumí, hice mapas conceptuales, me rompí el cerebro (a última hora, pero lo hice). Maldito profesor metalero, con su panza desafiando a la gravedad y los botones de su camisa a punto de salir volando. Maldito profesor con sus audífonos y su ipod a todo volumen escuchando Master of Puppets de Metallica. Maldito profesor con su jueguito en la mesa, simulando la batería de la canción y tu tarareo. Maldigo tu panza, tu ipod, tus dedos de olluco y tus malditas ganas de hacer las preguntas más inesperadas en todos tus putos exámenes. Me enseñas de Incoterms y me preguntas de Cristóbal Colón. Me enseñas verde y me preguntas fucsia. Encima fui un domingo a las ocho de la mañana, por ti, maldita sea; porque quería aprender, porque no quería jalar tu curso, porque hasta me caías bacán. Hasta te tenía respeto porque teníamos los mismos gustos musicales y me encantaba hablar contigo de Led Zeppelin. Igual pasó, viejo gordo.

Estábamos todos sentados esperando nuestra segunda evaluación continua. Yo ya tenía un 08 en la primera, que según yo fue porque no había estudiado lo suficiente. Una cagada total. Estábamos sentados, entraste y pusiste tus gordos brazos en la mesa. Empezamos con clase, yo estaba segurísima de que este examen iba a ser más fácil que bailar Rock'nRoll. Nos entregaste las pruebas vacías y vi todo en chino mandarín. Escaneé todo el examen, pregunta por pregunta, opción tras opción. "¿Qué mierda es esto?" pensé. El cerebro no me daba. Miré a mi costado, alguien escribía como loco. Al otro lado, otro se golpeaba el mentón con el lapicero. Miré al techo, a ver si Dios o alguien me iluminaba y Cibertec se incendiaba, para poder librarme de ese examen de mierda. Hasta deseé que Fujishima se desmayara de nuevo, como en aquel examen de Marketing, donde el profe se la llevó al tópico y nosotros plagiamos como en el infierno. Pero nada de eso pasó. 

Intenté recordar todo lo que me habían enseñado, mi mapa conceptual, mis temas subrayados, mis resúmenes, todo. Era en vano, tenía la mente en blanco, sudaba como un chancho y encima estabas sentado en frente de mí, y encima me distraía porque en tu maldito Ipod sonaba Heartbreaker de Zeppelin. No podía concentrarme, cantaba la canción, movía mis dedos al ritmo de la batería, me miraste, y señalaste mi examen, como diciendo "Resuelve tu prueba, mierda, acá el que canta soy yo" miré nuevamente el examen, las preguntas, las opciones. Puse mi nombre, cualquier huevada en una pregunta y marqué dos opciones que me parecieron coherentes. Terminó la canción, me paré y te entregué la prueba. Me miraste con decepción y me fui. 

Después de una semana nos devolviste los exámenes, y a pesar de que tenía ciertas esperanzas, ya lo veía venir, panzón. Dijiste mi apellido, me paré y me dirigí a tu sitio. Tenías una mirada extraña, me moviste la cabeza de un lado a otro y me preguntaste "¿Qué pasó?" te dije "no se, creo que fue la canción, usted me distrae con su música profe" y te reíste, pero luego te pusiste serio: "no, en serio, mejora esto, porque vas a jalar" y me estiraste el papel doblado. Esperé a estar bien sentadita en mi silla y segura que ninguno de mis amigos me vea para abrirlo y ver algo que nunca en mis 21 años había visto. Grandote, y pasado varias veces con lapicero rojo, como quien dice "¡mira, por cojuda!" estaba mi 00, ¡CERO CERO! Me cagué de risa, lo doblé en varios cuadraditos y lo metí en mi cartera.

 Creo que no sirvo para esta carrera de mierda. 

domingo, 18 de marzo de 2012

Una luz que nunca se apaga - Morrissey en Lima

 Salí de vacaciones justo para que coincidiera con el día del concierto, ya lo tenía todo planeado. Hice unas cuantas cosas en la mañana, dormí como un chancho,  y plan de cuatro de la tarde me dirigí al Jockey Club, Forever Alone como siempre voy a todo concierto, a hacer mi cola bajo las inclemencias del verano para -por fin- luego de casi cinco años de haberme convertido en una "Chica The Smiths" ver en vivo y escuchar la voz de la que me enamoré con There is a light that never goes out, en un salón del Icpna.

 Estaba ya en la cola, con un calor de mierda que me sancochaba el cerebro, cuando por fin empezamos a avanzar. Alguien por ahí regresaba diciendo: "no están dejando entrar cámaras, los están regresando" Bah, no hice caso y seguí avanzando. Mi corazón latía cada vez más rápido a medida de que la gente de mierda avanzaba e iba entrando. Estaba por toquetearme el V.I.P. Llegué donde una tía y ella prácticamente me exigió que abriera mi carterita. Lo hice, me revisó y me dijo mirándome fijamente a los ojos: "las cámaras no entran" -¡¿Qué?! ¡¿QUÉ VOY A HACER AHORA?! -"Déjala en el grifo, ellos te la cuidan" -"Si, claro, ni cagando la dejaré en el grifo... piensa, Fio, piensa". Mi cabeza lanzaba millones de ideas: en el sostén, debajo de la axila, en la media, escondida entre mi melena, pero ninguna de esas ideas eran viables, el tiempo se acababa, y yo estaba en la esquina del Derby con dos chicas que, como yo, tenían el problema de la cámara. Me apoyé inconsolable en el muro, muriendo de calor, prácticamente con lágrimas en los ojos, hasta que una de ellas lanzó una idea completamente descabellada -y dolorosa, a primera impresión- Ella dijo, con los ojos abiertos como plato: "Póntela en el calzón, nadie te va a tocar abajo, yo lo hice para el concierto de Oasis hace uff... jajajaja" La otra chica y yo nos miramos sorprendidas, y sin decir nada, mientras una hacía de campana, y la otra tapaba, yo estaba metiendo una Canon entre mi ropa interior y mi pantalón negro.

 Caminamos las tres nuevamente hacia la tía, cagándonos de risa mientras veíamos que una de ellas la estaba pasando terriblemente jodido, pues su cámara era de modelo antiguo, y ligeramente grande, y sus pantalones eran muy ajustados. Caminábamos hasta las huevas, quejándonos de dolor cada dos o tres pasos, riéndonos como estúpidas por la locura que habíamos cometido (ay si, qué locura). Cuando por fin llegamos donde la vieja del mal, nos toquetearon, y nos revisaron las carteras. Nuestras caras de incomodidad eran demasiado notorias, pero la tía nos dijo: "Pasen", la palabra mágica del día. Entramos como pudimos, y mientras todos, absolutamente todos corrían como dementes para encontrar una ubicación, nosotras tres caminábamos como escaldadas. Qué cague de risa.

 Llegamos como pudimos a la fila, nos quedamos paradas mientras esperábamos que avance. Habremos estado paradas aproximadamente cuarenta minutos, los peores de mi vida. Ellas se me perdieron, me quedé sola y conocí en la fila a otra chica. El dolor en las entrepiernas se me hacía insoportable, y seguía avanzando de a pocos. Una vez que pudimos entrar por fin al lugar, luego de haber pasado por el clásico túnel y haber caminado por un campo gigantesco de pasto, esperé a estar bien rodeada de gente, lo suficiente como para no poder respirar y metí la mano en mis pantalones, saqué la cámara y me alivié de semejante dolor en las entrepiernas.

 El calor era insoportable, todos sudaban, los olores de la gente me atolondraban y no había probado alimento desde la una de la tarde, y ya eran casi las seis y media. Moría de sed, sentía que me desmayaba. Estaba en la primera zona, pero tanto aplastaba la gente que tuve que retroceder de la primera fila a casi la novena, y seguir aguantando empujones, olores asquerosos y alientos putrefactos. Mi vida no valía nada hasta ese momento. Siguieron pasando las horas, el calor era más y más insoportable, ya oscurecía y no podía moverme de donde estaba, porque eso implicaba perder mi ubicación, así que me quedé parada, aguantando el hambre. Se apagaron las luces, yo ya no sabía ni la hora ni el día, solo sabía que había pasado más de seis horas sin comer ni beber, y que quería desmayarme. Vi a alguien trayendo un teclado, escuché gritos de la gente, miré al cielo a ver si llovía, miré a mi costado, nadie tenía una puta botella de agua, nadie. La cabeza me iba a explotar, apareció una mujer vestida de blanco, cantó unas cuantas melodías borrosas, le tomé unas cuantas fotos, pensando que era una burla su presencia en el escenario. Mil disculpas a los que realmente les gustó Kristeen Young, a mí no me gustó un carajo. Luego de eso, más oscuridad, más desvarío, más hambre, más sed y más ruegos porque todo esto termine ya. 

 Pasaron vídeos de Elvis Presley, de Shocking Blue, etc, etc, etc. La gente estaba extremadamente impaciente, yo aún más, hasta que aproximadamente a las nueve, POR FIN salió Mozz, haciendo que yo me ponga a llorar como demente (no por él, por mi, moría de TODO en ese momento) Casi me desmayo, la gente aplastaba a más no poder, era una porquería. Tomé fotos como demente, él dijo que le encantaba estar aquí, que esta era la ciudad de los reyes, y etc. Estuve tan cerca, canté con el pulmón en la mano (y el estómago en el cerebro) y con toda la emoción del mundo, me sumergí con los demás en la onda Mozzera, coreando todas sus canciones, llorando por otras, saltando con una más y grabando lo que la tembladera de la multitud me permitía grabar. Fue una hora y media aproximadamente llena de sentimientos encontrados, el recordar cuando escuchaba sus canciones, en la playa, en el trabajo, en el Icpna. Lloré todo el concierto, ya no podía más. Cantó las que yo quería que cante, en fin, fue muy emotivo el concierto. Yo sentía que luego de eso, iba a morir. 

Luego, al salir, compré dos gaseosas y me las tomé en el acto, me mojé la cabeza con una botella de agua a medio terminar que encontré en el piso, a la salida me compré una cerveza y también la terminé. Caminé como peregrina para encontrar un carro, pero logré salir de ahí con vida. Me cansé de escribir.




-Ahora... ¡LASFOTOSDELCONCIERTO! 


*Aquí toda la gente del concierto, impaciente y hasta aburrida, como el señor barbudo. Qué asco, todos están sudando.



*La Kristeen Young, una loca calata. Se agachó y le vi el calzón, qué asco.



*Mi amado Morrissey, con la luz sobre su cabeza. 



*Aquí el ex baterista de Leusemia, ahora baterista de la mitad de las bandas subterráneas de rock, punk, etc: Raúl Loza. Me lo encontré entre la multitud Mozzera. PD: qué asco el tío de rojo. Calor de mierda.



*Al final del concierto, todos los músicos (BABA)
 



*A la salida, con la chela que me pareció la última bebida del desierto



*Todo lo que me quedó después del concierto: Mi Flyer, mi entrada y mis monedas (:ForeverPobre:)