Desde siempre me han gustado los niños, siempre he tenido esa paciencia de santa que solo algunas mujeres poseen. Tuve la suerte de ser profesora de un nido, y estudiar en el colegio ese cursito de mierda que se llama Atención infantil. Pero desde hace varios días, algo dentro de mí, muy al fondo de mi corazón, se pregunta ¿Y como seré yo cuando sea madre?. Analizaré un poco mi pregunta respondiéndome yo misma. Hablaré en masculino, porque mi mayor deseo es tener un niño.
- Desde muy pequeño, le enseñaré a escuchar buena música, le pondré Led Zeppelin. Al diablo Beethoven.
- Le matricularé a que aprenda a tocar algún instrumento.
- Le enseñaré a guardar sus juguetes, a respetar a sus mayores, a ser calmado y a no actuar impulsivamente. Estoy segura de que los niños berrinchosos lo son por culpa de sus padres y de nadie más.
- Planificaré todo para que nazca en verano, porque siempre he pensado que los niños que nacen en verano no sufren tantas enfermedades respiratorias, y porque no quiero que le pase lo que a mí, que en mi primer año llovió mucho y nadie fue a mi fiesta (nací en Julio, detesto que sea invierno en mi cumpleaños)- Forever alone in the dark, desde mi primer año.
- Su primer polo será de Led Zeppelin, y mi esposo tendrá que aceptar que mi hijo sea un pequeño Rock'n'Roller.
- No tendrá enamorada. Lo prepararé emocionalmente ante cualquier decepción amorosa, y, obviamente, le cortaré la cabeza a la primera maldita lisiada que ose lastimar a mi hijo.
- La comunicación será el pilar de nuestra relación. Siempre estaré pendiente de cómo se siente, no quiero que mi hijo sea un resentido como yo. Quiero que confíe en mí antes que en nadie. Seré como su "novia pegajosa", pero en versión madre.
- Jamás pasaré por alto ningún evento importante en su vida (actuaciones, fiestas, reuniones) porque no quiero que mi hijo llore algún día como lo hice yo, cuando mi mamá no fue el día que yo bailé. JUM para ella.
- Lo llevaré a un concierto, Dios quiera que de algún Rockero legendario, como el de las historias que le contaré desde pequeño.
- Le enseñaré a preparar postres y a cocinar. Algún día no me tendrá a su lado y no quiero que sufra con una mujer que no sepa ni hacer arroz. Mi hijo jamás morirá de hambre, menos en manos de una mala mujer.
- Le ayudaré con las tareas del colegio, y si algún día viene con una mala nota no le gritaré ni le pegaré. ¿Con qué derecho, también? Si me repite de año si lo arrastro de los pelos por todo jirón de la unión. Tampoco tampoco, pues mocoso.
- Aplaudiré todos sus logros, y lo impulsaré a mejorar todo aquello que haga, sobretodo a que lo haga con amor y perseverancia. No me burlaré de sus errores y no juzgaré sus decisiones. A veces las decisiones de los hijos duelen, pero al final del camino son los únicos dueños de sus vidas.
- Le tomaré muchas fotos, calato, bañándose, riéndose, jugando, comiendo, y así a lo largo de toda su vida y para la posteridad. Quiero ser de esas madres que sacan el álbum de diez kilos cuando viene la enamorada a la casa, y dice "mira hijita, así era de chiquito".
Sé que no es el momento para tener un hijo, no para mí, pero cada vez que me entero de que alguna de mis amigas está embarazada, lo celebro a morir. Este post llegó a su fin.