Mientras encuentro inspiración para escribir la tesis, aquí me tienen de vuelta. (Mierda, ya es octubre)
Hace tiempo que no pasaba por aquí. Me daba un no sé qué volver a escribir e inclusive dejé pasar el aniversario número 5 de este blog... supongo que, en algún momento, simplemente dejé de lado de este espacio. Le echaré la culpa a la convivencia xD. Han pasado tantísimas cosas en estos meses... ¿Por dónde empezar?
Me mudé con mi chico, cambié de trabajo. Volví a cambiar de trabajo... y volví a cambiar de trabajo Entre cambio a cambio, descubrí que sé cocinar y sé lavar ropa sin desmayarme en el intento. Empecé clases, mi último año con suerte y conocí gente chévere. Conocí también gente hasta las huevas, como en todos lados. Abril, mayo y junio de pura felicidad en casa.
En julio todo pasó tan rápido como pasó mi cumpleaños en medio de gente hermosa y olor a carne oxapampina y pasó tan lento como pasó la muerte de un gran amigo y, a los pocos días, la muerte de una mujer alucinantemente genial, a quien siempre recuerdo. Agosto me trajo el recuerdo de que hacía un año todo había ido verdaderamente hermoso en la vida y me trajo la convicción de que las cosas mejorarían. De que a pesar de los 50% de probabilidades, lo que se hereda no se hurta. Me trajo, de algún modo, resignación.
Eliminé mi cuenta de Facebook, una cuenta con 846 personas -contaditas- y hace una semana vivo menos amargada cada vez que vengo a trabajar y me toca abrir la red social para monitorear mis páginas.
Espero nunca eliminar este blog. Eso fue todo por hoy...