martes, 27 de agosto de 2013

¿TREEEEEES?

 Eso me preguntaron cuando dije que mi sueño era tener tres hijitos, tres. Luego me empezaron a joder sobre los nombres y me pidieron encarecidamente que no les ponga Hilario, Sara y Lerner/ bombón, burbuja y bellota/ Ed, Edd y Eddy/ Harry, Ron y Hermione/ Burro, Fiona y Shrek/ y demás nombres cojudos y graciosos como para tres. Nunca tanto tampoco, serán Gokú, Bulma y Vegeta. Ok, no.

 Desde hace varios meses he estado experimentando en mi ser cierto deseo extraño por ser madre. El año pasado me invadió cierta curiosidad acerca de cómo sería yo cuando me toque serlo, escribí este post y no me queda la menor duda de que así será. Y aunque sé que es muy pronto, porque debo terminar mil cosas y lograr mil más, mi único deseo es tener un niño, y si la vida me lo permite, tener dos más. Que sean rockeros como yo y que nunca les falte nada. Enseñarles cosas buenas, formarlos para que sean niños de bien, cocinarles sus comidas favoritas, sacarlos al cine, a pasear, a jugar. Comprarles juguetes, regalarles los juguetes que yo tengo guardados, darles todo el amor que tengo guardado y reservado sólo para ellos, y darles todo el amor que normalmente le doy a todos los bebés que conozco y sacan mi lado más tierno y estúpido.

  Por otro lado, no sé si estoy envejeciendo o todos a mi alrededor están adelantándose al apocalipsis zombie y están fornicando sin tregua para tener muchos hijos antes de los treinta. No sé. Cada vez tengo menos tonos cumpleañeros y más baby showers. Y siempre sale el tema en varias oportunidades, donde no me canso de decir "sí, tres". Y viene la cara de asombro por parte de la embarazada, "qué sabes tú lo que son las náuseas", "qué sabes tú lo que es la epidural". O sea yo no sé nada. Pero se aprende pues, a mi mamá no le explicaron, no le metieron terror para que no tenga hijos. Por favor, embarazadas y amigas madres varias, basta. Igual quiero tener mis hijitos. Así me duela todo lo que ya sé que duele. Así se me antoje yogurt con caigua rellena y plátano con ketchup. Es mi sueño, no me lo destruyan así.

 Por ahora sólo tengo que estudiar, terminar mi nueva carrera y cumplir mi meta más grande de todos los tiempos. Sinceramente me siento un poco atrasada con todo, porque tengo veintitrés y perdí mucho tiempo desde que salí del colegio para estudiar, pero no importa, todo pasa por algo y ahora sí me dedicaré a terminar todo lo que empecé para poder empezar a hacer lo que ustedes: hijos.